¿Por qué será que cada vez
que te pregunto, te vas
con ganas de volver
para no contestar?
¿Por qué será que cada vez
que yo te canto, no estás
y para cuando estás,
me tengo que callar?
¡Ay, Soledad¡ Soledad...
Te me perdiste una mañana
y cada noche me apedreas la ventana.
¡Ay, Soledad!
¿Qué tengo yo para curarte?
Ni el mar, ni la botella, ni el barcaje.
¡Ay, Soledad!
Cómo has venido a restregarme
No hay comentarios:
Publicar un comentario